7 como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros,
8 quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu.
Estos versículos describen un colaborador de Pablo en el ministerio llamado Epafras. Él cumplió un papel vital para la iglesia de Colosas. Si él no hubiera estado, esta congregación hubiera quedado a la merced de los falsos maestros.
Este hombre exhibe tres cualidades indispensables que un siervo útil de Cristo debe tener para servir fielmente.
1) La primera cualidad de un siervo de Cristo es que conozca, y sea capaz, de enseñar la Palabra de Dios.
Pablo dice en el versículo 7 que los colosenses aprendieron de Epafras el mensaje de la Palabra. Esto indica una instrucción prolongada que Epafras dio en la iglesia, desde su inicio hasta ese momento, y que continúa.
Él no fue un predicador que enseñó un tema, y se fue. No, fue el pastor de esta iglesia que enseñó la Palabra de Dios, respondió preguntas, aclaró dudas e instruyó a la congregación en la Escritura.
Un pastor debe conocer y poder enseñar la Escritura. Esta es la tarea específica, el deber principal, y el trabajo fundamental de un pastor (Tito 1:9).
Y esto no es solo para los pastores. Todo creyente tiene la responsabilidad de conocer y enseñar la Escritura, porque tiene el mandato de compartir el evangelio con los incrédulos y edificar a sus hermanos. Si quieres ser un siervo útil debes poder conocer y enseñar la Palabra.
2) La segunda cualidad de un siervo de Cristo es ser un compañero en el servicio.
Pablo utiliza los adjetivos “consiervo amado” para describir a Epafras. En primer lugar, esta designación expresa que Pablo no veía a Epafras como un subordinado, sino como a uno igual que él. En segundo lugar, Pablo vio a Epafras como un “esclavo de Cristo”. Él había dejado de lado todos sus derechos civiles para servir a Cristo y a la iglesia; él había dedicado su vida a Cristo y dependía totalmente de Él.
Pero el énfasis de toda esta expresión está en el gran valor del servicio y en el
compañerismo en el ministerio. Por ello, Pablo concluye diciendo que Epafras es “amado”.
Esto nos enseña un principio que no es solo para los líderes, sino para todo creyente y esque el ministerio no se hace solo. El trabajo en la iglesia no es la labor de una sola persona.
Todos somos miembros del cuerpo de Cristo, todos edificamos la iglesia, y todos debemos ser consiervos en el ministerio.
Como creyente, estás llamado a trabajar junto con tus hermanos en la obra del
ministerio, no a ser una carga o un obstáculo (Fil 2:25). No esperes hasta que Dios te indique cómo puedas colaborar con tu iglesia. Empieza con algo que te parece útil para ella y por lo cual tú crees estar preparado. El Espíritu Santo te lo confirmará, y los hermanos de la iglesia se darán cuenta y lo apreciarán también.
3) La tercera cualidad de un siervo útil de Cristo es ser un fiel servidor.
La palabra “fiel” significa alguien “confiable” o “leal”. Ser un fiel ministro significa hacer lo que se debe hacer y cuando se debe hacer. Significa estar a la disposición de otro y ser fiel al llevar a cabo la tarea asignada.
Epafras era un fiel ministro “de Cristo” y su servicio al Señor estaba dirigido a sus hermanos. Por eso el final del versículo dice “para vosotros”.
Si algo debe caracterizar a un líder de una iglesia, y a todo creyente, es que sirva fielmente.
Encontrar personas que estén dispuestos a servir fielmente no es fácil. De hecho, los discípulos de Cristo, luego de haber estado tres años con Él, no habían aprendido esto hasta que tuvieron que recibir una sorprendente lección (Jn 13:1-5 – Jesús lavando los pies de Sus discípulos).
Así como el Señor nos dio el ejemplo, nosotros debemos ser siervos fieles. La vida cristiana se trata de servirnos unos a otros. Como creyente debes ser fiel en tu servicio porque mientras más lo haces, más te pareces a Cristo, y esa es la meta del creyente.
Versículos relacionados con el tema:
Tit 1:9, Fil 2:25, Jn 13:1-5
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