1 Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a los llamados, santificados en Dios
Padre, y guardados en Jesucristo:
2 Misericordia y paz y amor os sean multiplicados.
3 Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación,
me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que
ha sido una vez dada a los santos.
4 Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido
destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia
de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.
Judas escribe a la iglesia para advertirles y exhortarles a pelear por la fe del evangelio, sabiendo que la respuesta concreta de los cristianos significaría literalmente el cielo o el infierno.
En estos versículos hay tres aspectos vitales con respecto a contender por la fe, con el propósito de involucrarnos en esta sublime batalla.
1. Los llamados a contender por la fe (vv. 1-2).
Judas, del que se habla aquí, es el medio hermano de Jesús quien era hermano de Jacobo. El Jacobo que Judas menciona es el hombre que llegó a ser un líder distinguido de la iglesia primitiva, quien escribió la carta de Santiago y quien era hermano del Señor (Hch 15:13; 21:18; Gá 1:19; 2:9).
Judas también se define como “siervo de Jesucristo”. La palabra nos habla de la sumisión deJudas a Cristo. Pero este título también implica honor. Judas es el esclavo de Jesús, quien es el amo con el mayor estatus. Judas escribe como alguien que sirve y representa a Jesucristo.
Luego, Judas describe a los creyentes como los llamados, santificados y guardados.
Los llamados son aquellos que Dios escoge como Su pueblo (Ro 8:28). Los santificados (o mejor traducido los amados) muestran que Dios llama por amor (Ro 5:8-10). Por último, los guardados muestran que Dios preserva a Sus hijos hasta el fin.
Estas tres descripciones son muy importantes, ya que a pesar de la influencia de los falsos maestros, que buscan quebrantar la fe de los creyentes, Dios mismo guarda a Sus hijos que son amados y llamados (Fil 1:6).
Finalmente, esta seguridad que Judas les da a los creyentes, viene con una oración por misericordia, paz y amor (v. 2). Estas tres características son muy importantes en la batalla por la fe, ya que hoy en día se están viendo personas que luchan equivocadamente por la verdad del evangelio, pero que no tienen misericordia, paz o el amor. Estas personas son orgullosas y quieren destruir, más bien que construir.
2. El alto llamado para contender por la fe (v. 3).
La intención inicial de Judas no fue exhortar a los creyentes para pelear por la fe, sino escribir sobre la “común salvación”. Sin embargo, una nueva y mayor preocupación se hizo necesaria. Judas se vio obligado por el Espíritu Santo a escribir sobre “contender ardientemente por la fe”.
Aquí, no se trata de un esfuerzo sencillo, sino de un esfuerzo disciplinado, constante y enérgico, para luchar por la verdad, en contra de la mentira.
Esta lucha demanda toda la devoción del creyente, porque lo que está en juego es “la fe una vez dada a los santos”. La descripción de la fe que ha sido una vez dada tiene un origen divino.
Cuando dice “una vez dada” significa que ya no hay nada más que revelar y apunta a algo que es “perfecto y completo” (1 P. 3:18).
El llamado para el creyente de hoy es el mismo que hace dos mil años. Este es un sublime llamado que debemos obedecer para contender ardientemente por la fe que ya fue dada y está revelada en la Escritura.
3. La razón para contender por la fe (v. 4).
La razón que llevó a Judas a exhortar a los creyentes para pelear por la fe es que se habían introducido en la iglesia falsos maestros que habían entrado sin ser notados, y con motivos escondidos (Mt 7:15).
La descripción de estos hombres nos muestra que el peligro es serio y que la iglesia debe hacer algo urgente.
En primer lugar, estos son hombres que ya su juicio fue decretado y lo único que les espera es la “condenación”.
En segundo lugar, son hombres impíos. Lo cual muestra su vida de pecado.
En tercer lugar, convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios. Los herejes entienden la gracia como una licencia para involucrarse en cualquier tipo de exceso pecaminoso.
En cuarto lugar, niegan a Cristo como “Soberano y Señor”. Esto pone el énfasis en el derecho de Jesús a demandar obediencia. Los falsos maestros están negando a Jesús, comportándose de forma contraria a los mandatos de la Palabra. El repudio a Cristo vino de sus muchas y malas
acciones.
El mensaje de Judas es que si Dios te ha llamado con Su amor y tu Señor y Salvador es Cristo, estás convocado a contender ardientemente por la fe. No hay excusa.
Versículos relacionados con el tema:
Gá 1:19, Jn 7:3-5, Ro 8:28, 1:6, 5:8-10, Jud 22-23, 12, 21, 1 P 3:18
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